Estados Unidos lanza una ofensiva contra prácticas marítimas abusivas: Washington investiga las “banderas de conveniencia” y expone los riesgos del abandono estatal en el comercio marítimo

La Comisión Marítima Federal de EE.UU. inició una investigación global para frenar el uso de registros navieros laxos por parte de empresas que buscan evadir regulaciones. La medida busca proteger la seguridad, el medio ambiente y el comercio exterior estadounidense. En contraste, Argentina acaba de desregular su Marina Mercante, debilitando los controles sobre su soberanía logística y económica.


28 de mayo de 2025

Mientras EE.UU. refuerza su estrategia para blindar sus cadenas de suministro, Argentina camina en sentido opuesto al eliminar requisitos de control estatal en el transporte marítimo.

La Comisión Marítima Federal (FMC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha lanzado una investigación sin precedentes sobre las llamadas banderas de conveniencia, una práctica mediante la cual buques comerciales se registran en países con regulaciones laxas para reducir costos y eludir normativas laborales, ambientales y de seguridad.

El objetivo declarado es evaluar cómo estas prácticas afectan la eficiencia y confiabilidad del comercio marítimo internacional, y en particular, cómo impactan la posición de EE.UU. como potencia exportadora. La FMC apunta especialmente contra países que, con tal de captar tasas de registro, permiten que embarcaciones evadan controles mínimos y se conviertan en verdaderas amenazas flotantes para la navegación global.

Según la investigación, el uso de banderas de conveniencia no sólo degrada las condiciones laborales y la seguridad operativa, sino que también ha favorecido el surgimiento de flotas fantasmas vinculadas a actividades ilegales como el contrabando, la evasión de sanciones internacionales y la pesca ilegal.

La Comisión alerta que estas embarcaciones “pueden colapsar infraestructuras críticas o desviar flujos comerciales enteros”.

La investigación cobra especial relevancia tras una serie de incidentes recientes —como el choque del buque MV Dali que derribó el puente Francis Scott Key en Baltimore— que involucraron naves registradas bajo banderas de conveniencia. Washington considera que estas prácticas comprometen su seguridad nacional y la integridad de su infraestructura logística.

¿Y Argentina? La desregulación como política de Estado

Mientras Estados Unidos redobla esfuerzos para proteger su flota y garantizar la trazabilidad de los actores que operan en sus rutas, Argentina ha decidido recorrer el camino inverso. A fines de abril, el Gobierno derogó una serie de normativas que regulaban la actividad de la Marina Mercante nacional, entre ellas la obligatoriedad de usar bandera argentina en determinados tráficos, favoreciendo el ingreso de flotas extranjeras sin exigencias de tripulación nacional ni control estatal efectivo.

La desregulación, que ha sido duramente cuestionada por especialistas y sindicatos del sector, implica un retroceso en términos de soberanía logística. En la práctica, abre la puerta a que operadores extranjeros controlen segmentos clave del transporte marítimo sin ningún compromiso con el desarrollo industrial local, el empleo argentino o la seguridad operativa.

El contraste es elocuente. Mientras EE.UU. investiga y sanciona prácticas que considera nocivas para su economía y seguridad, Argentina flexibiliza su marco legal y deja sin herramientas a su propio Estado para regular quién transporta la producción nacional ni en qué condiciones.

Soberanía en juego

La discusión sobre las banderas de conveniencia trasciende lo técnico y pone en primer plano la cuestión de soberanía. En un mundo donde los países más desarrollados endurecen sus estándares para proteger sus intereses estratégicos, Argentina parece caminar hacia una desprotección que compromete no sólo su economía, sino también su capacidad de decisión en uno de los sectores más críticos del comercio global: el transporte marítimo.